Hagamos un trato (Parte I)

Como cada tarde me fui al gym a ejercitarme un poco, nunca tenia un horario fijo por mi curro, pero normalmente siempre coincidía con la misma gente.

Siempre me había fijado en un chaval, moreno de piel, ojos claros y pelomuy rubio. Lo cierto que no era el típico de gym, tenia algo de barrigilla pero un morbo considerable.

Bueno pues ese día me coloque en la cinta para correr y el se puso delante en la bici, tenía un gran culazo aun pol moldear, pero yo ya me veía ahí metido. El sabía que lo miraba y yo sabia q me provocaba pero sabía tambien que estaba casado con lo cual nada apuntaba a mas que la provocación.

Después de media hora de ejercicios el sudor ya era notable en todo su cuerpo además al llevar chándal gris marcaba aun mas. El cada vez lo hacia peor, empezaba a pedalear de pie con el culo en pompa hacia mi y el chándal bajado marcando esos gayumbos grises bien sudados con buen seguro olor a macho. Yo cada vez me empalmaba mas y al llevar mallas el cabrón lo notaba y hacia peor, asik decidí ir a otras maquinas a ver si se bajaba el empalme.

El siempre se colocaba en alguna maquina cerca para dejarse ver y eso impedía que se me bajara y ya empezaba a ser incomodo hacer ejercicios, asik decidí ir al vestuario a cambiarme y volver al día siguiente.

Cuando ya estaba en el vestuario en quitándome la ropa llego el un saludo rápido y empezó a desnudarse sin mas, me senté en el banco a atarme las zapas y con el culo casi pegado a mi cara y oliendole bien a macho se quito los slip grises que llevaba ahí fue cuando pude ver ese gran culo moreno depilado al 0 uff me puso malo.

Se metió en la ducha no sin antes echarme una mirada y reírse , el cabrón iba bien empalando tanto o mas que yo y cerro la puerta. Yo termine de cambiarme y arriesgue un poco y decidí que por lo cabrón que había sido me lleve sus gayumbos bien empapados, con ese buen olor a polla y culo de macho sudado y restos de meos, seguramente no del mismo día , sin de varios, y le deje una nota ( si quieres recuperar lo que te falta nos vemos esta noche en el camino X a las 12).

Eran las 00 y sabia que había quedado a esa hora en el camino X con aquel chaval, pero quería que esperara, putearle como me había hecho ami en el gym por la tarde, probocandome sin parar.

No me tenia que cambiar ni nada pues llevavala misma ropa que por la tarde aun sin ducharme y con es olor característico de macho sudao de hacer ejercicio. Así pues me dispuse a salir de casa, para ir mejor preparado decidí ir corriendo para ir mas sudado y con el gayumbo del tío metido en loa huevos.

Eran ya las 00:20 cuando empecé a entrar por el camino, podría haberse ido pensando que todo era una broma pero no el estaba allí en su coche negro edperando. Lleve y abrí la puerta sin anunciarme el se sorprendió pero sabia para lo que estábamos alli , o no.

Estuvimos hablando rato largo pidiéndole cuentas de porque había hecho eso en el gym y cosas banales. De repente me dice que le de lo que le debo que le espera su mujer en casa, a lo cual yo respondí que si lo quería tenia que ganárselo. Contratación de el dime como y así lo haré.

Decidí que como hacia calor y buena noche me apetecía salir del coche a echar una meada el me dijo que también tenía ganas, sin pensarlo, le empuje contra el suelo y le puse de rodillas y empecé a mearle la cara boca y ropa, me daba igual que al llegar a casa su mujer lo viera así, pero para mi sorpresa a el eso le molaba y se sacó su polla y empezó a mearse a si mismo. Acabe de mearle y sin decirme nada empezó a mamar como un cerdo hasta la arcada ahí fue cuando se dio cuenta de donde llevaba sus gayumbos, pero no le importo siguió mamando a saco.

Entre el calor, la excitación y el estar al aire libre con un casado más joven que yo me tenía apunto de explotar, le di un par de ostias en la cara y le saque mi polla de dentro de su boca. Lo levante y tire contra el capo, le baje los pantalones y el muy cabrón no llevaba nada debajo, estaba esperando que le diera los suyos, pero aun no, aun tenía que ganárselos.

Me baje y le empecé a comer el culo, estaba limpio y sin un solo pelo, eso me excito aun mas, eche un galo al ojete y empecé a jugar con mis dedos, uno, dos, tres, decía que le dolía pero sabia que le gustaba, sin pensarlo más cogí sus gayumbos se los metí en la boca y le clave la polla de una sola vez hasta que mis huevos hicieron de tope. Chillo amargamente como pudo pies la boca la tenia ocupada.

Le seguí follando duro un rato mas, hasta que le di la vuelta, saque los gayumbos de su boca y me corrí en ella.

Me dijo que le había encantado pero que le esperaban en casa y que por favor le diera lo que era suyo que era un regalo de su mujer y lo hiba a notar, ante esa situación me crecí y le dije que si se creía que con lo de esa noche había sido suficiente para rescatarlos.

Me subí el chándal, me guardé sus gayumbos en el bolsillo y le dije que ya nos veríamos en el gym que ya le diría como ganárselos y allí le deje tirado aun lleno de lefa y meos.

Continuará….

Puntuación: 1 de 5.

El slip de mi tío

El slip de mi tío

Aún recuerdo el día que mi tío me pilló oliendo sus slips sudados y con olor a rabo y me sigo poniendo muy cachondo. Era el cumpleaños de mi prima y estábamos en su casa con toda mi familia. Ya lo había hecho más veces pero ese día fue diferente. Después de comer la tarta, subí las escaleras y fui directo al baño de arriba que estaba cerca de la lavandería. Antes de entrar al baño, abrí el cubo de ropa sucia y ahí estaban, unos slips grises de Abanderado con alguna que otra mancha amarilla y otras que parecían semen seco. Me empecé a acelerarme y a entrar en calor y notaba como me iba poniendo morcillón. Cerré la puerta del baño, me bajé los pantalones y empecé a sobarme mientras disfrutaba de ese olor. Una mezcla de sudor, ácido y placer. No apestaban, pero de los que le había pillado las anteriores veces que iba a su casa, estos eran los mejores.

Me los pegaba en la nariz mientras me acariciaba el rabo, que cada vez se iba poniendo más y más duro. Cerraba los ojos y pegaba buenas respiraciones, no podía oler otra cosa que no fueran esos slips. Cuando me los metí a la boca y lamí esas gotas que mi tío se había dejado me saqué el rabo y empecé a masturbarme. No podía parar. Era el mejor premio para un chico de 18 años que aún no había tenido relación con otros hombres y que había descubierto en casa de su tío un paraíso.

De repente, la puerta se abrió y yo intenté disimular pero fue imposible. Se me había olvidado poner el pestillo de la emoción y era mi tío. ¿Cuánto tiempo llevaría detrás de la puerta? Solté mi rabo pero no pude evitar que me viera con los pantalones en los tobillos y en su otra mano sus calzoncillos. 

– “Dámelos, tranquilo, no pasa nada”, me dijo.

Me sorprendió su reacción, yo no sé cómo hubiera reaccionado en su posición. Le devolví sus slips, se acercó a mí y me acercó su mano a su paquete. Tenía un buen bulto. Y él empezó a tocarme el mío mientras me volvía a poner sus slips en la cara. ¡No me lo podía creer, el corazón se me iba a salir! Se desabrochó el pantalón y vi su rabo encapuchado y peludo. Mi tío es un hombre grande, calvo, algo de barriga y muy peludo. Siempre me imaginaba como era su rabo y por fin pude salir de dudas. La situación también le estaba gustando porque rápido se le puso más dura y empecé a pajearle. Me escupió en la mano y se la agarré muy fuerte. Solo nos mirábamos y ninguno de los dos hablaba. La situación fue muy morbosa los dos de pie, pajeándonos frente a frente. De repente, me empezó a pajear con más fuerza y yo con sus slips en la boca, no pude evitar correrme rápido. Solté toda mi leche al suelo. No dejaba de gotear. Le miré, tenía cara de placer de verme correr, seguí un poco más con su rabo, me susurró que le diera más deprisa porque ya estaba a punto también. ¡Me iba a dar su leche! Al poco tiempo también se corrió también en el suelo, encima de mi leche. Lo dejamos lleno de goterones. Se subió el pantalón, se lo abrochó, se secó el sudor con la mano y con sus slips se marchó del baño. Y ahí me quedé yo, extasiado y limpiando el suelo para dejarlo como si allí no hubiera pasado nada. 

Ya han pasado 20 años desde ese día. Mi tío y yo llevamos una relación normal de tío y sobrino pero yo sigo soñando con ese momento que nunca hemos vuelto a repetir. Y aquí estoy ahora, pajeándome, oliendo unos slips que le robé otro día y pajeándome como si fuera ese día en su baño. 

Puntuación: 5 de 5.